El Grial visionario eucarístico

Victoria Cirlot vuelve de nuevo a uno de sus temas más queridos, el Grial, en su libro La visión abierta. Del mito del Grial al surrealismo en el que nos habla de la Imaginación Activa.Imaginación Creadora y la capacidad visionara que no sensorio-perceptiva de objetos tridimensionales normales.

Imágenes del libro de Victoria Cirlot editado por Siruela

El capítulo quinto (pp. 85-106) es el que se dedica a "lo griálico", intitulado "La visión abierta del Grial en el mito y en la iconografía", un "topos" muy vinculado al esoterismo cristiano y, por consiguiente, igualmente al presunto esoterismo de la Orden del Temple (de su círculo de iniciados, para ser más preciso, y no de sus miles de miembros).

Es muy interesante lo que aquí expone Victoria respecto al desarrollo temático y visionario del ciclo literario griálico. Si Chrétien de Troyes en su Li Contes del Graal establece que el deseo de Perceval consiste en conocer "a quién sirve con el Grial" y "por qué sangra la lanza" (pero que no se atreve a preguntar en su primera visita al castillo griálico), medio siglo después, en La Queste del Saint Graal (c.1225-1230) es la experiencia visionaria lo que prima llevada a su culminación en una "visión abierta" del Grial en el palacio de Sarraz al final de este "roman".

Leyendo este pasaje visionario con el que culmina "La Queste...", no puedo por menos que recordar viejas lecturas sobre el impacto que causaba en los fieles cristianos el rito de la eucaristía durante la misa medieval, cuyo misterio de la transubstanciación -paradoja entre las paradojas como en los paradigmas del zen- activaba en las psiques cristianas diversas imágenes arquetípicas del inconsciente colectivo. Y lo mismo acaeció a los escritores de las novelas griálicas con tinte cristiano, cual es el caso de "La Queste..".

El debate teológico surgido respecto a la transubstanciación fue igualmente notable (Lotario de Segni antes de ser Inocencio III, Cesario de Heisterbach, Guillaume Durandus, San Gregorio Magno...), pero la gente llana no debió asimilarlo suficientemente, de ahí el éxito popular de los relatos griálicos-cristianizados y de presuntas materializaciones eucarísticas que culminaron con la proclamación papal de la festividad del Corpus Christi.