sábado, 22 de octubre de 2011

Los templarios en Eliphas Levi (5).-Bafomet y Tarot

El Diablo en el tarot de Visconti-Sforza (1432) - Tarot de París (comienzos del S. XVII) - Tarot de Marsella (1713) - El tarot de Oswald Wirth (1889) - Tarot de Papus (1909)- Tarot de Rider-Waite (1910)
 Entre las imágenes indudables en las que Eliphas Levi se inspiró para configurar su puzzle bafomético está la carta del Diablo del Tarot.

martes, 18 de octubre de 2011

Los templarios en Eliphas Levi (4).-Bafomet brujeril

¿De qué otras imágenes pudo inspirarse Eliphas Levi para su bafomet?

Me parece evidente que una de las fuentes tuvo que ser la relacionada con la figura del Macho Cabrío de los aquelarres brujeriles inquisitoriales.  Dada su condición de ex-sacerdote católico y su propensión a los encantamientos mágicos y al ocultismo es imposible que desconociera las descripciones clásicas inquisitoriales de los aquelarres con el Macho Cabrío en su centro que, en lo que respecta a España, fue muy bien escenificado literariamente por en 1731 por Diego Torres Villarroel y por Goya en 1798 pictóricamente.

Diversos antropólogos señalan que el Macho Cabrío diabólico brujeril tiene como prototipo al dios Pan y algunos enlaces, en el imaginario colectivo, con algunas divinidades o auxiliares divinos itifálicos, lo que se plasma por ejemplo en otra representación bafomética de Eliphas Levy menos conocida, impresa en su libro La Clave de los Grandes Misterios (1861), llamado Azima.

viernes, 14 de octubre de 2011

Los templarios en Eliphas Levi (3).-Bafomet de Nuisement

Vamos a ir desentrañando las fuentes de inspiración sobre el imaginario bafomet ocultista de Eliphas Levi y comenzamos por el que él mismo reconoce en "Dogma y ritual de la Alta Magia" tal como puede leerse en el post anterior y tras una concienzuda búsqueda por internet he logrado encontrar estas imágenes aclaratorias...

Dice Eliphas Levi:

" A la cabeza de una traducción francesa de un libro del Sr. de Nuisement, acerca de la sal filosófica, se ve el espíritu de la tierra de pie sobre un cubo, que recorren lenguas de fuego; tiene por falo un caduceo, y el sol y la luna sobre el pecho, a la derecha y a la izquierda; es barbudo, está coronado y tiene un cetro en la mano. Es el ázoe de los sabios sobre pedestal de sal y de azufre. 

Se coloca a veces a esta imagen la cabeza simbólica del macho cabrío de Mendés; es el Baphomet de los Templarios, el macho cabrío del sabbat y el verbo creado de los gnósticos; imágenes extrañas que sirvieron de espantajos al vulgo, después de haber servido de meditaciones a los sabios; jeroglíficos inocentes del pensamiento y de la fe, que también sirvieron de pretexto a los furores de las persecuciones".

jueves, 6 de octubre de 2011

Los templarios en Eliphas Levi (2).-Bafomet

El ocultista Eliphas Levi (pseudónimo del ex-sacerdote católico Alphonse Louis Constant) publicó en 1854 su libro "Dogma y ritual de la Alta Magia" (ocultismo decimonónico magicista en plenitud -ocultismo, que no esoterismo) donde desarrolló una interpretación muy singular del bafomet templario, con dibujo incluido, que ha pasado a ser -lamentable y desgraciadamente- la imagen más difundida y aceptada por los ocultistas y gran parte de los lectores poco documentados. Dedicamos este post a transcribir lo que expuso en dicha obra (seguimos la traducción de Ed. Kier en su edición de 1982) (Nota previa de Ángel Almazán)

Y a continuación, la transcripción
....

 
Existe asimismo en la naturaleza una fuerza mucho más poderosa, siquiera sea en otra forma que el vapor, y por medio de la cual, un solo hombre que pudiera apoderarse de ella y supiera dirigirla, trastornaría y cambiaría la faz del mundo. Esta fuerza era conocida por los antiguos, y consiste en agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cuya dirección tiende inmediatamente al gran arcano de la magia trascendental. Por medio de la dirección de ese agente, se puede cambiar el orden de las estaciones; producir en la noche fenómenos inherentes al día; corresponder en un instante de uno a otro confín del mundo; ver, como Apolonio, lo que ocurría al otro extremo de la tierra; dara la palabra un éxito y una repercusión universal. Este agente, que apenas se revela ante el tacto de los discípulos de Mesmer, es precisamente lo que los adeptos de la Edad Media llamaban la materia primera de la gran obra. Los gnósticos hacían ígneo el cuerpo del Espíritu Santo, ya él era a quien adoraban en los sitios secretos del sabbat o del templo, bajo la jeroglífica figura del Baphomet o del macho cabrío del Andrógino de Mendés. Todo esto quedará demostrado.  (pag. 16 de la Introducción)