Isidoro Terrón Calvo es el autor y editor del libro Los Templarios en la Baylía de Xerez" (I), un libro con numerosas fotografías y dibujos del autor -a color- y con una edición cuidada y ciertamente muy agradable a la vista, lo que anima gratamente a leerlo. Una obra monográfica más que elogiable también por el exhaustivo estudio realizado y publicado en 2009.
Nada mejor, para tener una idea cabal del contenido de este libro, que leer lo que escribe su autor en las primeras páginas.
Presentación del libro (Isidoro Terrón Calvo)
Sobre el apasionante fenómeno histórico de las órdenes militares se han desarrollado en los últimos años trabajos de importante valor, especialmente en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura, que unido a los estudios llevados por diversos autores que se adentraron en su investigación, nos ofrecen una visión más amplia de la época medieval extremeña.
Sin embargo y hasta la fecha, no se ha acometido ningún trabajo verdaderamente completo sobre la presencia de la Orden del Temple en Extremadura. En el simposio de 1985 celebrado en Cáceres sobre "El arte y las órdenes militares", decía Salvador Andrés Ordax: "...Solamente falta dedicar cierta atención a la huella que pueda haber de la breve intervención de la Orden del Temple, sobre todo en la zona SO, específicamente en torno a Jerez de los Caballeros, Burguillos del Cerro, etc...". Pocos, al parecer han previsto un tan interesante estudio, derivado del potencial arqueológico que a duras penas subsiste en esta comarca y que ahora podemos conocer.
He aquí pues el resultado de la unión del fondo documental histórico que nos ha llegado de aquellos días, del aporte de los estudios más interesantes y de los resultados de las investigación llevada a cabo in situ, es decir, sobre el solar que ocuparon los templarios en la zona bajo extremeña.
Nuestra región cuenta con ser el lugar donde más profusamente participaron las Órdenes Militares durante la Reconquista, tierra que además alumbró el nacimiento de dos nuevas órdenes de caballería: la de Santiago y Alcántara, creadas a imagen de las que combatían ya por entonces en oriente, las del Temple y el Hospital.
La Reconquista, llevada a cabo por el reino de León en esta parte, marcaría profundamente los aspectos socioculturales de esta tierra, caracterizando el régimen de propiedad, el derecho jurídico, la religión, el arte y la arquitectura; alcanzando con esta última su máxima expresión en lo militar. Aún pueden observarse hoy día las huellas dejadas en aquel tiempo en multitud de enclaves: fortalezas, iglesias, ermitas, costumbres, incluso en la etimología y la toponímica de muchas palabras y lugares que nos trasladan hasta entonces.
Las órdenes ecuestres autóctonas, antes mencionadas, han tenido una atención prioritaria en cuanto a su estudio; por ello dedico este primer acercamiento a la orden del Temple en Extremadura, que estuvo bastante más presente de lo que se estima, y que junto a los caballeros hospitalarios fueron las primeras órdenes en luchar por ella. Más tarde, y una vez conseguidos los objetivos territoriales, fueron incomprensiblemente consideradas como "extranjeras o extrañas" y por tanto entrometidas en una contienda que al parecer no les correspondía.
Sin embargo, estas órdenes lucharon adustamente, tanto o más que las órdenes hispánicas de entonces, haciéndolo incluso con mayor profesionalidad y capacidad, pues poseían mucha más experiencia como entidades guerreras, espirituales y socioeconómicas. Virtudes que fueron las que llevaron a la ruina al Temple, al despertar una considerable codicia y envidia por parte de los diversos estamentos medievales. Supieron además mantenerse en auge por todo Oriente y Occidente; y para más Inri, estos aguerridos caballeros se comprometían para siempre en una severa y verdadera vida conventual.
En cuanto a la orden del Temple en Extremadura, algunos autores simplemente la ignoran, otros consideran que fueron usurpadores de casi todo lo que les rodeaba y otros opinan que fueron muy pocos los años que estuvieron, como para que, casi nada de lo que hay construido en sus antiguas bailías sea perteneciente a estos.
Hemos de resaltar que en Jerez especialmente y su comarca, hubo una gran agresividad contra cualquier rastro arquitectónico dejado por los templarios. En primer lugar fue la orden de Santiago, que al tomar posesión de Jerez y tras un hipotético temor al retorno de la extinta orden, borró sin piedad cualquier señal que pudiera haberles comprometido. Más tarde la Santa Inquisición, establecida de manera muy especial en esta parte de Extremadura, sofocó con fuego cualquier conato de paganismo o herejía, que los hubo, dedicando después el tiempo a pintar de blanco las caras de algunas vírgenes que fueron negras en sus orígenes.
Estela de Jerez de los Caballeros (I.Terrón) |
Esta investigación, asimilación y ocultación de sabidurías procedentes de Oriente, (monjes armenios, místicos sufíes, sacerdotes ismaelitas, cabalistas hebreos, monjes coptos, secta de los Ahssasins, religiones paganas, etc.) conocidas a través de los contactos que se dieron en las cruzadas, están hoy día más que demostradas y comienzan a ser lentamente dilucidadas y aceptadas por nuestros sesudos académicos. Sin embargo, nos queda mucho por aprehender de aquella visión mágica y mística que tenía el hombre medieval de Dios, del mundo y del universo. Para ello, hemos de contrastar primero las diferencias entre el pensamiento del hombre medieval y el moderno, después entender y valorar el tremendo choque ideológico y político que suponían estos "nuevos aunque viejos conocimientos" ante los poderes feudales y religiosos establecidos durante la Edad Media.
Por tanto, en el libro se incorporan inevitablemente elementos de procedencia esotérica, religiosa y científica, como así lo demuestran las pruebas de carácter astronómico, simbólico, arquitectónico, matemático y religioso que se aportan. En este sentido, el Temple dio un gran paso aperturista y civilizador en una sociedad muy rígida y poco evolucionada; encontrando una perfecta definición de lo que significó aquella lenta pero profunda transformación en las palabras de Rafael Alarcón Herrera: "...En una palabra, los templarios civilizaban el Occidente europeo, convirtiendo a los siervos en servidores y a los nobles en caballeros...".
De aquí podemos pasar a los sentimientos académicos puros y excluyentes "Made in..." que comienzan a caducar, para acabar descubriendo el gran desconocimiento que existe sobre la verdadera dimensión espiritual, cultural y social de esta orden.
Eliminando actitudes encorsetadas y lejos de intentar decirlo todo, este estudio se presenta en dos partes, abarcando en la primera el legado documental que nos narra lo que aconteció durante los siglos XIII y principios del XIV. En la segunda parte se descubre el patrimonio arquitectónico que a duras penas subsiste en la actualidad, diseminado por la geografía de la entonces denominada "Baylía de Xerez"; los dominios más extensos que poseyeron los templarios en los reinos de Hispania y seguramente en todos sus territorios de Europa y Oriente.
Probablemente algunas cuestiones que se exponen en el libro sean resueltas con verificaciones futuras más acertadas, pues quedan todavía muchas preguntas por resolver, algunas lo serán solamente cuando el tiempo y la casualidad arqueológica puedan o quieran descubrírnoslas, otras cuestiones son meras suposiciones o hipótesis que tratan de acercarse al contexto general histórico y a la realidad cotidiana de aquel entonces.
Sirva, por tanto, el planteamiento de preguntas y respuestas que se formulan como piedra angular de apertura a estudios y revisiones futuras, que puedan definir con más veracidad y fidelidad los interrogantes que de aquella época se nos plantean. Sirva también el presente para reivindicar el valor de una gran obra que tuvo un sello histórico tan especial que, aunque mal tratado a través del tiempo, fue precisamente por eso por que se adelantó a éste.
Creo que el legado bien merece la pena, por tanto conlleva una objetiva labor de preservación, recuperación e investigación de las menudencias dispersas de aquel tiempo que nos dejó la mítica presencia de aquellos adustos caballeros.
La Orden del Temple fue finalmente absuelta de toda herejía y apostasía por el mismo papa que la condenó, Clemente V, pero demasiado tarde, pues tanto el rey como el papa morirían sospechosamente y el documento o bula jamás vio la luz. El documento de exculpación firmado por Clemente fue descubierto por la Doctora italiana Bárbara Frale el 13 de septiembre de 2001 en los archivos Vaticanos, en una sección distinta a la dedicada al proceso de los templarios.
Email del autor del libro para consultas y comprar el libro : i-six@hotmail.es
El autor en Facebook: https://www.facebook.com/isidoro.terroncalvo
espero impaciente la segunda parte
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