miércoles, 18 de enero de 2012

Misterioso Bafomet -4-

Comentario previo de Ángel Almazán

Vamos a transcribir en este post una página del libro de Alain Demurger, Auge y caída de los templarios (Ed. Martínez Roca, 1986, con reediciones, libro que recomendamos leer).

Es muy importante el relato bafomético de Antonio Sicci y las explicaciones que da Dumerger. Ahora bien, el tema de los cordeles es más que explicable recurriendo a las tradiciones esotéricas del islam en el que, en el traspaso de la "influencia espiritual", en diversas tariqas iniciáticas se usa precisamente un cordón o cordel. Recordemos que Sicci estuvo cuarenta años al servicio del Temple en Siria, donde los cátaros no tenían presencia alguna, y sí, en cambio, el sufismo.



Por otro lado, es más que destacable que este tema legendario de la cabeza-cráneo en la mujer sepultada, si queremos verlo así, está a la vista de todos los peregrinos jacobeos en el Pórtico de las Platerías de la catedral de Compostela.
Igualmente es de destacar que en el libro de Alain Demurger se incorpora una fotografía de una androgina figura diabólica que muchos han considerado como prueba iconológica del Bafomet, del estilo de la inventada  por el falsario de Eliphas Levi, como he puesto en evidencia en diversos posts de este mismo blog. Esta figura del pórtico de Saint-Merri (París) es de 1842, y no es medieval.



El bafomet explicado por Alain Demurger

La historia de la cabeza mágica de los templarios hace referencia a creencias populares elaboradas a partir de la leyenda de Perseo y la Medusa, bien conocida en aquélla época.

Fue un notario italiano, Antonio Sicci de Verceil, que permaneció cuarenta años al servicio de los templarios de Siria, quien hizo el relato más preciso en su declaración del 1 de marzo de 1311:



¿Bafomet en Compostela?
“He oído contar varias veces lo que sigue en la ciudad de Sidón. Un noble de esta ciudad había amado a una mujer noble de Armenia. Nunca la conoció mientras vivía, pero, cuando ella murió, la violó secreta¬mente en su tumba la misma noche del día en que había sido enterrada. Terminado el acto, oyó una voz que le decía: «Vuelve cuando haya llegado el momento del parto, porque encontrarás entonces una cabeza, hija de tus obras». Transcurrido el plazo, el caballero volvió a la tumba y encontró una cabeza humana entre las piernas de la mujer sepultada. La voz se dejó oír de nuevo y le dijo: «Guarda bien esta cabeza, porque todos los bienes te vendrán de ella». En la época en que oí esto, el preceptor del lugar (Sidón) era el hermano Mateo, llamado el Sarmage, natural de Picardía. Se había convertido en hermano del sudán (sultán) de Babilonia (El Cairo), que reinaba entonces, porque había bebido la sangre del otro, lo que hacía que se les mirase como hermanos."

El relato presenta algunas variantes en otras declaraciones. En cuanto a la historia, la habían contado ya Gervasio de Tilbury y Gualterio Map un siglo antes en Occidente. Se combinan en ella elementos folklóricos antiguos: la cabeza de la muerta, de una eficacia mágica extrema y que hace invencible a su poseedor, la curiosidad del entorno, la cópula entre vivo y muerto, la idea del mal de ojo.

Salomon Reinach ha demostrado cómo se pudo atribuir la leyenda a los templarios. Encontró huellas de la historia en Siria del Norte, un siglo antes del proceso. Perseo se ha transformado en un caballero, y el caballero por antonomasia es el templario. La gente de Oriente ha oído decir que unos caballeros ocultaban una cabeza mágica y, para ellos, caballeros quiere decir templarios. Dichos caballeros se han convertido secretamente al islam y adoran la cabeza, a la que llaman Mahomet y, por deformación, Bafomet. Para los templarios, que llevan en torno a la cintura cordeles puestos en contacto con ella, significa una cabeza iniciática. «Y se oye decir que esos cordeles han estado colocados y puestos en torno al cuello de un ídolo que tiene la forma de una cabeza de hombre con una gran barba y que besan y adoran esta cabeza en sus capítulos provinciales», se dice en la orden de detención del 14 de septiembre de 1307 (p. 29).

Así que una vez más volvemos al islam. La adoración de la cabeza es la prueba de la conversión al islam, como sugiere claramente la declaración del notario Sicci. El detalle de los cordeles se refiere sin la menor duda al catarismo, puesto que, en esta religión, eso significa que se ha recibido el consolamentum".






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