sábado, 16 de marzo de 2013

Consideraciones sobre los ribats-rábidas-rábitas, II

Segunda selección de textos sobre ribats-rábidas-rábitas, esta vez de Virgilio Martínez Enamorado (arqueólogo y arabista, doctor en Historia Medieval), de un ensayo suyo publicado en el libro "De la prehistoria a la rábita y la villa. Arqueología de Rota y la Bahía de Cádid)


ALGO SOBRE LOS RIBATES DE OCCIDENTE Y EL SENTIDO DE LA FORTALEZA DE ROTA
Virgilio Martínez Enamorado


(...)No deja de ser sintomático que se explique la función prioritaria de la estatua como elevadísíma torre atalaya, Entendemos que la relación entre atalayas y ribates en estos tiempos de la formación de al-Andalus (hasta los siglos X-XI) es directa. La creación de ese sistema de atalayas, cuya presencia se atestigua por este pasaje en época anterior al Islam, y fortalezas, algunas convertidas más tarde en ribates o rábilas, viene a corroborar esa condición de última tierra conocida, al tiempo que carga de misticismo a las tierras ribereñas del Atlántico.
Atalaya bereber de la Veruela en Caltojar (Soria), cerca de la ermita de San Baudelio

Por lo que respecta a la evolución terminológica, el paso de un enclave con la consideración de fortaleza (hisn) a ribat que yo sepa apenas si ha sido explicado, Uno de los escasos ejemplos de lo que esto significa es Fuengirola/Suhayl, antes del siglo XII un hisn ya partir de esta centuria una rábita o ribat. Por tanto, fueron los almorávides los que protagonizaron el cambio terminológico, indicio efectivo de que existió al mismo tiempo otro de carácter funcional (Martínez Enamorado, 1995; Calero Secall y Martínez Enamorado, 2004).

No es coincidencia que la mayor parte de las rábitas y ribat sean reactivados como tales por los almorávides, incluso en los casos, como el de Rota, de fundación anterior. Parece lógico admitir que los almorávides protagonizan una recuperación de este fenómeno, Es curioso comprobar la importancia que posee el XII, pues a partir de esa centuria anteriores enclaves que eran calificados con esa terminología pasan a ser denominados con la de rábita o ribat.

Lamentablemente, a pesar del esfuerzo hecho (Marin, 1989; Franco Sánchez, ed, 2004a), son todavía muchas las incógnitas que se ciernen sobre la constitución y el sentido de estas rábitas y ribates, sin que aún podamos discernir con toda claridad la correspondencia entre los valores terminológicos y funcionales. Es lógico que algunas de las atalayas o pequeñas fortificaciones costeras anteriores se
convirtieran en ribates. Con todo, desde el punto de vista arqueológico es mucha la información que se está recogiendo que ayudará a ir estableciendo en que consisten unos y otros significados (Azuar, 1989;Varela Gómes y Varela Gómes, 2002). C. Martínez Salvador describe el problema terminológico en los términos:

"Así el concepto de ribat en época omeya, cargado de un fuerte componente militar, podría haberse transformado con el tiempo en una expresión religiosa diferente. No existe en al-Andalus otra institución anterior al siglo XI que mejor aparezca fundida e identificada con la rábita que el propio ribat. El ribat es sin duda la expresión militar y religiosa del deseo de yihad más antigua en al-Andalus, presente desde los primeros momentos de la conquista. ¿Ha perdido la vida de ribat en al-Andalus su componente militar de modo tan palpable que puede hablarse a partir del siglo XI de otra realidad diferente y que con el tiempo adquiere paralelamente una denominación propia y diferenciadora?"

En esta última pregunta no hay ninguna concesión a lo retórico. Al contrario, coloca la polémica terminológica en sus justos términos. En efecto, es absolutamente pertinente preguntarnos por lo que hay de "militar" en Guardamar o en las rábitas granadinas (Espinar Moreno y Abellán Pérez, 2004; Espinar Moreno, 2004). Entendemos que no es exclusivamente en esa faceta poliorcética donde radica la esencia de la institución del ribiit en los primeros tiempos de al-Andalus, porque de lo contrario su diferenciación con respecto a los típicos términos poliorcéticos sería muy débil. En esos primeros ribates de las fronteras terrestres y marítimas de alAndalus, hay evidentemente un sentido militar, pero que aislado no explica estos establecimientos; se ha de dar un valor añadido que dote a estas instituciones de una nueva condición: establecimientos "espirituales" para el Yihad frente a los cristianos y frente a las amenazas de la vida mundanal.


 Todo ello parece coincidir con la conclusión que establece A. García Sanjuán en relación con el fenómeno estudiado en el Mi'yar de al-Wansarísf: los textos sobre rábitas son sobre todo andalusíes y de época tardía, mientras que los que se refieren a los ribat son fundamentalmente de autores ifríqíes y de cronología más temprana; estos últimos centros son designados con otros vocablos como o hisn,
lo que nos da una idea aproximada de la polisemia con la que se designaban las grandes fortalezas en las que habitaban no sólo los "murabitun", sino también los "fuqara" (Garda Sanjuán, 2004: 89).

Con el paso del tiempo, ese sentido poliorcética se va diluyendo, cobrando vigor el valor ascético, de espacio destinado a una aproximación a Allah. La economía de las rábitas granadinas (Franco, 2004b) explica que ese acercamiento se acompaña de bienes y posesiones, pero, ya se sabe, sólo con el misticismo, que sepamos, no se come.

El caso del ribat de Arrifana (Aljezur, Algarve) es bastante significativo y, sin duda, arrojara luz sobre el sentido de estos complejos costeros en zonas apartadas. No hay nada "militar" en su concepción. Las excavaciones arqueológicas realizadas en Arrifana, muy próximo a un lugar tan cargado de mitología marina como es el Cabo de San Vicente, uno de los finis terrae de al-Andalus,
han permitido fijar claramente el significado de este centro. Parece que fue fundado por el rebelde antialmorávide Ibn Qasi, por lo que su desarrollo histórico se circunscribe a los años que van del 1130 al 1151, fecha de fallecimiento del rebelde. No deja de ser curioso que un personaje como éste que logró aglutinar a distintas fuerzas locales que actuaron contra los almorávides adopte como parte de su programa político la fundación de uno o varios ribates. Sin duda en su confeso sufismo puede estar la clave de esta política. Se han podido descubrir dos mezquitas, un conjunto de pequeñas celdas que servirían como habitación de los "murabitun", otro pequeño oratorio en el extremo de la península y un patio mayor con un edificio que ha sido considerado una madrasa "avant la léttre". Finalmente, también fueron localizados cuatro oratorios con mihraib. Las similitudes con el complejo de Guardamar son más que evidentes (Varela Gomes y Varela Gomes, 2002).

(...) Al igual que ocurre en la costa del Magrib al aqsa el litoral de Garb al-Andalus, en general poco poblada como los itinerarios geográficos dejan traslucir, es atravesada por hombres revestidos de santidad, probos santones que se alimentan frugalmente de crustáceos y pescados, que obtienen refugio en algunas de las grutas costeras como las de Tarifa y Bakka .. El espacio místico que es la costa marroquí en la que suceden ribates como Arci, Rabat, Salé, Tit, ... tiene su como en tantas otras cuestiones histórico-medievales, al otro lado del Estrecho en las costas de Sadüna (Martínez Enamorado, 2008), Labia y de la costa atlántica, e incluso en el litoral mediterráneo de al- Yaz/ra y occidente de Ra}ya. El Estrecho (al-Bugiiz) por su propia conformación geográfica, es una tierra idónea para la introspección sufí, por lo que tíene de encuentro entre mares (mayma' al-bahrayn) y de escenario de leyendas pre-islámicas adoptadas como propias en esa tradición cultural.

Es lógico por todo ello que el litoral atlántico se llene de rábitas y ribates con una doble función: son destinados a la meditación y son lugares de yihad, esfuerzo interior contra las propias tentaciones que acosan a los murabitum y contra las amenazas, cada vez más consistentes a partir del XII, de los cristianos. La sucesión de ribates en la costa atlántica del sur de al-Andalus es un hecho fehaciente. Lo es también que en buena medida se justifique su fundación en hechos taumatúrgicos antiguos, anteriores al Islam, situación que en el caso de la bahía de Cádiz se vuelve aún más insistente: la vinculación de la rábita de Rota con la Gadir/Gades ante-islámica salta a la vista, pudiendo decirse que el pasado glorioso de la urbe fenicioromana es uno de los argumentos más sólidos para justificar la existencia de este ribiir. Otro es su función estratégica. En definitiva, un cúmulo de caciones que nos obliga a considerar de nuevo la complejidad de estos centros.

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