lunes, 21 de noviembre de 2011

El Grial en Serge Hutin

El Grial [o Graal] es el vaso sagrado, la copa que, según la leyenda, sirvió en la Cena, y en la cual José de Arimatea recogió la sangre y el agua que manaban de la herida que la lanza del centurión Longino hizo en el costado de Cristo; parece que el propio José de Arimatea transportó luego el Grial a Gran Bretaña.


Dicho vaso sagrado, que contiene el «brevaje de la inmortalidad», aparece en gran número de leyendas medievales relativas a la «Búsqueda del Grial», es decir, a la busca de la Sabiduría perdida; todos conocemos la famosa Mesa Redonda construida por el Rey Arturo, siguiendo los planos del encantador Merlín, y destinada a recibir el Grial cuando uno de los doce caballeros llegara a conquistarlo, y lo llevara de Gran Bretaña a la Armórica. (La copa del Grial fue labrada por los ángeles en una esmeralda desprendida de la frente de Lucifer cuando éste cayó; confiado a Adán en el Paraíso terrenal, perdido después del pecado original, el Grial fue recobrado por Set, que pudo entrar al Paraíso terrenal, y luego por otros, antes de Cristo.) La pérdida del Grial es, en suma, la pérdida del Conocimiento, «perdido», o mejor, oculto y que se trata de volver a encontrar.

En esas tradiciones se entrevé un vínculo entre el esoterismo cristiano y la tradición céltica, es decir, druídica: sus orígenes son, por lo demás, bastante misteriosos. Todas esas leyendas parecen haber sido utilizadas por gran número de agrupaciones más o menos iniciáticas, y sin duda también por los albigenses...

Según Henri Martin habría habido también una suerte de Orden de Caballería oculta, la Masenia del Santo Graal, cuyas huellas encontraba en una obra bastante posterior, el Titurel:

«Ya no es en la isla de Bretaña, sino en Galia, en los confines de España, donde se conserva el Grial. Un héroe llamado Titurel funda un templo para depositar el santo Vaso en él, y es el profeta Merlín quien dirige esta construcción misteriosa, pues fue iniciado por José de Arimatea, en persona en el plano del Templo por excelencia, del Templo de Salomón. La Caballería del Graal se convierte aquí en la Masenia, esto es, en una Francmasonería ascética, cuyos miembros se llaman Templistas, y aquí puede verse la intención de unir a un centro común, figurado por ese Templo ideal, la Orden de los Templarios y las numerosas cofradías de los constructores que entonces renuevan la arquitectura del medioevo. Esto nos permite entrever mucho de lo que podría llamarse la historia subterránea de aquellos tiempos, mucho más complejos de lo que se cree...»

Nota: Texto del libro de Serge Hutin Las sociedades secretas, del capítulo III .

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