Transcribo el artículo El enigma templario de Torija que me han publicado en el boletín- revista Gloriosa Gaceta del Mester en su número 25 (segunda época) correspondiente a este mes de junio de 2012.
Torija
se encuentra una veintena de kilómetros al norte de Guadalajara junto a la
autovía. Su edificio más señero es, sin duda, el castillo levantado por los
Mendoza a finales del siglo XV o comienzos del XVI, de planta cuadrada con
torreones esquineros de planta circular y una buena torre del homenaje. Durante
la Guerra de la Independencia fue volado por orden del guerrillero El Empecinado a fin de no ser utilizado
posteriormente por los franceses. Reconstruido a primeros de la década de 1960
hoy día es sede del Centro de Interpretación Turística de la Provincia de
Guadalajara y también, en su torre del homenaje, acoge al Museo del libro de
C.J. Cela, Viaje a la Alcarria.
Torija Templaria... imagen muy reducida del artículo en Gloriosa Gaceta del Mester |
En
un pequeño recinto semioscuro del castillo, sentado sobre un banco y con su
capa blanca, cruz roja, cota de mayas y espada, el visitante se encuentra ante
la reproducción a tamaño natural de un caballero templario, no uno cualquiera,
sino de su último Gran Maestre, Jacques de Molay. "¿Qué pinta esta efigie aquí..?", se preguntan muchos
viajeros que entran en este cubículo.
La
respuesta es que es un reconocimiento que el pueblo de Torija rinde a los
monjes-caballeros de la Orden del Temple pues, según los historiadores, en esta
localidad alcarreña tuvieron un convento: una bula del papa Alejandro III,
hacia 1170, señala efectivamente que los templarios tenían en Torija un convento
con la advocación de San Benito. El anterior homenaje rendido por Torija al
Temple se encuentra cerca de la iglesia parroquial renacentista, en una placa
donde se les menciona como personajes que han engrandecido la historia de esta
villa.
¿Y
dónde estuvieron los templarios? He ahí la gran incógnita... No fue en este
castillo pues es muy posterior a la bula papal de Clemente V que dio por
finiquitada la Orden del Temple en 1312. En mi reciente Guía Templaria de Guadalajara, editada por aache, recojo las diversas opiniones que se han ido dando al
respecto. Hay quienes creen que debió estar en el cerro de enfrene, no muy
lejos de donde se alza la ermita de la Virgen del Amparo; otros consideran que
más bien por donde se halla una huerta junto a la Fuente del Rey, y también
algunos opinan que el convento estaba muy cerca del castillo de los Mendoza.
¿En
qué consistía tal convento? Se ignora. Lo más probable es que fuese una casa
fuerte con alguna dependencia anexa y poco más. ¿Cuánto tiempo estuvieron en
Torija? Tampoco se sabe. En mi citada Guía sugiero la posibilidad de que los
templarios de Torija pasaran a Guadalajara al fundarse allí un convento del
Temple, probablemente hacia 1204, auspiciado por la reina-madre Doña Berenguela
en el solar donde se ubica el monasterio de San Francisco. Dada la gran
cercanía de ambas poblaciones es lo más lógico pensar que acaeciera así.
¿Queda
alguna tradición templaria en Torija? Al parecer, sí. Dos leyendas ha recogido
al efecto Jesús Sánchez López en su monografía El castillo de Torija, que he resumido en la Guía Templaria de Guadalajara. En una de ellas, resulta que un
jinete templario arrolla sin querer a la gallina más ponedora del corral de un
judío de Torija, quien airado le maldice a gritos: "¡Nos has dejado sin
huevos para comer! ¡Ojala te pase a ti como a mi gallina! ¡Hambre de huevos
tenías que pasar..!". Y esta maldición se cumplió pues poco después
falleció el templario de un cólico miserere, siendo sepultado junto al convento
de San Benito. Y en ese territorio escatológico intermedio entre la tumba y el
Más Allá estuvo condenado, además, a alimentarse durante mil años únicamente de
la yema de los huevos. "Por eso cada noche sale de su sepultura, con su
manto blanco y su cruz roja, y va a los gallineros cercanos en busca de la yema
que le permite seguir viviendo. Conoce muy bien su camino, coge un huevo, sorbe
la yema, esconde la cáscara y luego, por la misma senda, vuelve al lugar de su
descanso", escribe Jesús Sánchez López. “Nadie le ha visto, pero la senda
le delata”, dice la conseja.
Otra
leyenda narra que un grupo de diablos estaban molestos por no lograr tentar a
los templarios del convento ya que estaban protegidos por su agua bendita. Idearon varias estratagemas sin éxito y finalmente
los templarios les obligaron a huir derramando en la tierra del convento toda
el agua bendita que guardaban en grandes tinajas.
Nota adicional: Torija ocupa el capítulo tercero de mi Guía Templaria de Guadalajara, presentada recientemente en la Feria del Libro de Guadalajara a mediados de mayo. Estos son los temas de dicho capítulo:
III - Convento templario de San Benito en Torija
- La bula papal de Alejandro III
- ¿Qué era un convento templario?
- Ubicación del enclave templario de Torija
- Leyendas templarias
- La Mesa de Salomón
- Cruz patriarcal, cruz tau y San Dimas
- Alejandro III y el Temple
III - Convento templario de San Benito en Torija
- La bula papal de Alejandro III
- ¿Qué era un convento templario?
- Ubicación del enclave templario de Torija
- Leyendas templarias
- La Mesa de Salomón
- Cruz patriarcal, cruz tau y San Dimas
- Alejandro III y el Temple
Gracias por tu colaboración en la Gloriosa Gaceta del Mester.
ResponderEliminarUn buen artículo sobre el que nos llegan comentarios muy positivos
Saludos cordiales
Jesús García y Jiménez
Un artículo cabal y lleno de novedades sobre los Templarios en Guadalajara y en España. Gracias, Angel...!
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